4 días, pocas horas de sueño y más de 60.000 pasos (de las escaleras ya ni hablamos). Así se puede resumir la experiencia en Metrópoli Comic Con. El evento, que lleva celebrándose desde el año 2014, contó por primera vez con Mazo Macu llevando la comunicación a través de redes sociales y cubriendo el evento de manera presencial. Por lo que, los días del festival, fueron el culmen de varios meses calentando el terreno por Instagram y Facebook sobre lo que iba a suceder esa semana de julio en Gijón. Y un desafío muy intenso del que, no nos vamos a engañar, repetiríamos con gusto.
Hasta ese momento el grueso de nuestras competencias había consistido en la creación de contenido e ir informando de las actividades e invitados. Una tarea que se volvió aún más frenética conforme se acercaban las fechas. También prestamos apoyo con el desarrollo y diseño de horarios o la elaboración de notas de prensa. Listas para echar una mano donde haga falta, nos amoldamos al trabajo en equipo coordinándonos con el team de Metrópoli cuando necesitaba de nuestro soporte. Dicen que compartir es vivir, pero nos gusta pensar también que compartir es triunfar porque la unión hace la fuerza 💪.
Durante el festival le dimos a todo demostrando que multitasking no se nace, se hace.
Decidimos que, desde ese momento nuestro lema: ‘¿Lo quienes? ¡Lo tienes!, ¿No sabías que lo necesitabas? ¡Lo tienes también!’, nunca había tenido tanto sentido. Desarrollamos nuestra habilidad como traductoras (nunca se amortizaron tanto nuestras clases de inglés), ejecutamos acciones publicitarias, acompañamos a los invitados para que en ningún momento se sintieran solos… Incluso prestamos apoyo a producción con la reubicación y resolviendo incidencias sobre algunas de las actividades programadas para adaptarnos a las necesidades de los ponentes. ¡Y todo eso sin despeinarnos! Era como si hubiéramos multiplicado por dos nuestras cuatro manos para llegar a todo.
Community management durante el festival
Además crear un video-resumen diario para tener al día al público de lo que había ido pasando cada día en el festival (ya estás tardando en echarles un vistazo), Instagram nos sirvió para avisar a los asistentes de los cambios de última hora a través de las historias. También fue la plataforma donde revelamos el cómic sorpresa -la edición de Marvel más exclusiva del mundo- y los ganadores del premio Herb Trimpe, que homenajean la trayectoria laboral de los autores más importantes del sector. En resumen: un punto de referencia muy práctico para quienes venían a la convención, pero también la mejor manera de saber qué estaba pasando para los seguidores curiosos que, de alguna manera, pudieron formar parte viendo nuestra cobertura a través de sus pantallas.
No faltó tampoco convertirnos en una de las principales fuentes de información de quienes tenían dudas sobre sus entradas, actividades o salas. Ya que, cada poco tiempo, nos asegurábamos de que todos los mensajes y comentarios recibieran una respuesta rápida (y además usábamos muchos emojis porque somos muy majas vía DM, no nos escondemos).
Fue clave en nuestro éxito contar la una con la otra, eso nos permitía llegar a todo y prestar el apoyo que desde el festival pudieran necesitar (sin perder de vista nuestra tarea como community managers y creadoras de contenido). Todo un reto, pero más reconfortante que un vaso de sidra -que es algo que corrió mucho esos días, como cualquier buen evento asturiano, por supuesto-. De hecho, los invitados se sintieron tan arropados que el último día, Bernard Chang, nos regaló sendos retratos de Wonder Woman en agradecimiento a las dos por haber estado pendientes de su comodidad y hasta nos ofreció una masterclass de cómo jugar (¡y ganar!) al 21 Black Jack. Esos momentos de sentir que conocíamos a personas de todas partes del mundo descubriendo sus historias, nos ha enriquecido a nivel personal y es algo que no tiene precio que nos llevamos de este proyecto tan humano.
Con todo el material recopilado durante esos días, desde la Comic Dog, la competición al mejor cosplay, el increíble desfile de personajes y actividades varias como el taller de varitas, aprovechamos la cercanía que nos dan las redes para pedir feed back a los asistentes y poder elaborar un informe que les sirviera a los organizadores de festival como memoria fiable de sugerencias de cara a las cosas que mejorar en la próxima edición.
¿Las claves para sobrevivir a todo esto? Mucho té y café, buena actitud, la compañía y amistades que nos llevamos, sueño corto pero reparador y hasta alguna clase de yoga improvisada a altas horas de la noche para descontracturar.
¿Lo primero que pensamos en cuanto terminó Metrópoli Comic Con? Que ojalá existiera un botón de rebobinar para revivirlo todo.